

Este sábado 17 de febrero Bodegas Ochoa organizó un evento especial en el Castillo de Olite para presentar su nueva creación ante una buena asistencia de público que lo valoró muy positivamente.
El vino en cuestión pertenece a la serie 8A firmada por Adriana Ochoa que amplía así su gama de vinos. Y este vino tiene mucho que contar. Para empezar, una gran historia que empieza por su peculiar nombre “La foto de 1938”.
Y es que la etiqueta y el concepto de vino salieron de una historia relatada por Javier Ochoa a sus hijas, Adriana y Beatriz, mientras buceaban en fotos antiguas de la familia entre las que apareció una curiosa escena. En ella salían el abuelo Adriano Ochoa y su tío Javier “el americano” rodeados de una cuadrilla de Olite en torno a un coche francés. El contexto viene marcado por el año: 1938, en plena guerra civil, lo que no impidió en ningún momento que Adriano, con su particular carácter y amor por la vida, reuniera a su cuadrilla y decidieran sacarse una foto en grupo para celebrar un momento cotidiano a la vez que especial. Estaban en un año difícil sí, pero entre amigos y compartiendo una mañana de verano.
Adriano Ochoa transmitió a su hijo Javier la importancia de la amistad y el vino. Él siempre hacía un vino para sus amigos, un vino rico y especial en el que las variedades no importaban tanto como el momento de compartirlo. Y esa misma filosofía es la que ha llevado a Adriana a diseñar este vino ligero, esta oda a la amistad, a partir de las variedades Tempranillo, Graciano y Merlot en las mismas cantidades y con una crianza en barrica de 9 meses, que lo hacen ideal para ser disfrutado por copas en una barra o en torno a una mesa.
Así lo explicaron en la presentación del sábado Adriana y Beatriz Ochoa, que relataron la historia y características del vino al más puro estilo Ochoa: con franqueza y un amor infinito por la elaboración de un nuevo producto que pasa a formar parte de su familia.
Por supuesto, la presentación vino acompañada de una cata en la que más de 300 personas pudieron degustarlo y dos eventos muy especiales. Por un lado, en el interior del Castillo, los Ochoa compartieron con el pueblo una exposición de fotos de los años 30 en los que los vecinos de Olite pudieron reconocer a familiares e incluso en algún caso a ellos mismos. Y por otro, en las inmediaciones del Castillo montaron un photo-call con atrezzo y un coche de la época para hacer un guiño a la estampa que inspiró el vino.
Así Bodegas Ochoa quiso presentar en su casa, Olite, su nueva creación. Un vino elegante, sano y sabroso, como todos los de Ochoa, y con un PVP recomendado de 6 euros que lo hace accesible e idóneo para celebrar la amistad tantas veces como se quiera. ¡Salud!